La
formación académica como violinista quizás haya sido lo que motivó inicialmente
a Pedro Lázaro Ordóñez (Papucho) a seguir el camino del jazz, un género que
siempre lo atrajo. Pero después de terminar sus estudios en el
Conservatorio Amadeo Roldán, algunas circunstancias y sus propias raíces, lo
empujaron por un camino más ligado al bajo y a la percusión que mueve cinturas.
La
música popular bailable se impuso finalmente y prevaleció entonces la idea de
crear una agrupación de gran formato, que incluyera a jóvenes recién egresados
de academias musicales, con la idea de potenciar con más fuerza los ritmos
autóctonos cubanos. Fue así como surgió Manana Club, que ya casi llega a
10 años de fundada. ¿Cómo atraes a los más jóvenes cuando hoy día se oye tanto el género urbano?
Lo consigo llevando a mi público una propuesta fresca y con calidad. Creo mucho
en las raíces culturales de nuestro país. Es cierto que han llegado nuevas
tendencias; pero si en un escenario logras ejecutar correctamente el género que
sea, lo defiendes y lo trabajas sin cansarte, siempre vas a tener un resultado
favorable.